¿Cómo enseño a mi gato a que use su rascador? ¿Cómo evito que arañe los muebles? Descubre estos trucos para lograrlo.
En su hábitat natural, los gatos necesitan un espacio duro, alto y en vertical en el que estirar sus músculos, rascar sus uñas y dejar señales visuales y olfativas con las que marcar territorio.
Un gato que tiene acceso a la naturaleza suele encontrar este lugar en los árboles, pero en casa lo más parecido que podemos ofrecerle es un rascador.
Si no tiene alternativas, el gato posiblemente opte por rascar cosas como las sillas o el sofá, por lo que te conviene escoger un buen rascador para tu gato.
Muchos gatos usan el rascador de manera natural sin necesidad de ningún estímulo por nuestra parte, pero otros no.
Por ello, te damos 12 trucos:
- Empieza lo antes posible. Cuanto más pequeño sea el gato, mejor. Por lo que sería una de las cosas a tener en cuenta a la hora de traer un gato a casa. Es mucho más sencillo que un gatito pequeño se acostumbre al rascador que un gato adulto, aunque es cierto que no podemos usar una máquina del tiempo para solucionarlo.
- Utiliza un rascador alto, colocado en vertical. El rascador debe ser al menos tan alto como el gato, para que se pueda estirar completamente a lo largo, y tonificar así los músculos de piernas, hombros y espalda.
- Asegúrate de que el rascador es estable. No se debe mover mucho, el gato se debe sentir seguro cuando va a jugar con él. La mayoría de los rascadores ya vienen con bases sólidas y pesadas que permiten que no se tambaleen demasiado.
- Ponlo en un lugar tranquilo. El rascador suele formar parte de la rutina del gato: come y se estira, rasca y se relaja… Lo ideal es colocarlo en sitios agradables para él, por ejemplo cerca de dónde duerme y lejos del arenero o de su comida.
- Prueba diferentes texturas. Así verás cuál le gusta más a tu gato, a veces prefieren una zona más suave con la que frotarse y otras una de sisal que rasguñar con ganas.
- Prueba diferentes posturas y ángulos. Mientras tenga un lugar vertical en el que estirarse, el resto ya es cosa de nuestra imaginación. También hay gatos que prefieren que el rascador no esté totalmente en vertical, sino que sea una especie de rampa. Muchos rascadores ofrecen diferentes formas y posiciones, para que el gato experimente.
- Imita lo que ya ha rascado anteriormente. Si has llegado tarde a la hora de ponerle un rascador, trata de utilizar un material similar al del sofá o la silla que ha rascado, ponlo cerca para que empiece a sustituir su antiguo “árbol imaginario” por este nuevo.
- Ten un rascador por gato, como mínimo. Los mininos marcan su territorio arañando el rascador y dejando señales olfativas, por lo que lo ideal es que cada gato tenga un rascador. Aunque realmente es casi imposible hacer que el rascador sea únicamente de un gato, sí les ayuda a tener más espacios que marcar y no invadir el marcaje del otro.
- Motiva al gato con el juego. Una de las formas que pueden ayudar a que el gato empiece a usar el rascador es el juego. Nosotros cambiamos hace poco nuestro rascador y Conxa, que es más tímida y precavida, empezó a utilizarlo gracias a perseguir un palo con plumas que le encanta. Poco a poco fue subiendo hasta que ya se quedó. Los rascadores que incorporan una estación de juego son ideales para este tipo de situaciones.
- Rasca tu primero. De hecho, este suele ser el primer truco que siempre probamos, y no por ello deja de funcionar. Podemos incentivar al gato poco a poco, rascando nosotros. Él oirá el ruido que hace al rascar, podrá ver que el rascador es inofensivo, y tal vez empezará a imitarnos. La idea es ir haciéndolo poco a poco cuando nos ve, e incluso podemos acercar sus patitas en algún momento para que toque el rascador y lo sienta. Con paciencia puede ser una buena técnica.
- Estimula al gato con catnip. Ya os hablamos de la nepeta cataria o catnip y de los efectos que puede provocar en los gatos. Para ayudar a que el gato se acerque al rascador, podemos rociarlo con algún producto de catnip o con hojas de nepeta.
- Conviértelo en una experiencia positiva. Los últimos trucos van enfocados a que el uso del rascador sea interpretado por el gato como algo bueno, y también por ti. Puedes contribuir a ello premiando al minino con alguna golosina cuando está utilizando el rascador o justo cuando termina.
Prueba y prueba. Lo más importante es la paciencia y el amor, nunca lo grites, ni lo trates mal, ni le fuerces a que utilice el rascador.