A menudo recibo mensajes preguntándome cosas del estilo: “¿Qué hago con mi gato? ¡Me ha destrozado el sofá!”. Una opción muy interesante es usar este producto para orientar los arañazos al rascador. ¡Descubre cómo!
No es de extrañar que los arañazos sean una de las preocupaciones principales de los humanos que conviven con gatos. Pero hay maneras de solucionarlo para que la convivencia sea mejor.
Lo primero: entender la razón por la que araña.
Cuando decimos sofás, también pueden ser sillas, paredes, alfombras… al final es un arañazo “molesto” para nosotros.
En su hábitat natural, los gatos necesitan un espacio duro, alto y en vertical en el que estirar sus músculos, rascar sus uñas y dejar señales visuales y olfativas con las que marcar territorio. Es parte de su rutina, de su manera de comunicarse y de su relación con los otros y el entorno.
Arañar forma parte del comportamiento natural del gato y, por lo tanto, ni hay que castigarlo ni hay que prohibirle que lo haga. Como personas que convivimos con gatos, debemos proporcionarles los espacios y herramientas necesarios para que puedan arañar, sin que eso sea un problema para nadie.
En los gatos domésticos que no tienen acceso al exterior, ni tienen jardín o árboles a disposición, hay que encontrar la manera de que sacien su necesidad de arañar y evitar así que lo hagan contra un sofá, un mueble, una alfombra o cualquier cosa que nos encante. En una casa, el aliado perfecto para ello es el rascador.
Pero a veces el gato no usa el rascador y sí otras cosas, ya sea porque no tuvo rascador antes y ya ha marcado el sofá, o porque nos mudamos o está llegando un gato nuevo a nuestro hogar, u otras muchas razones. Nuestra misión es redireccionar esos arañazos, y Feliscratch (de Feliway®) es una ayuda para conseguirlo.
Obviamente antes de utilizar nada, hay que descartar problemas de salud, por lo que siempre te recomiendo que visites al veterinario y le hagas las consultas oportunas.
Este producto de Feliway® ayuda a redirigir los arañazos hacia el rascador.
La manera en que lo han conseguido es replicando la feromona interdigital felina (FIS). Una feromona que se encuentra en las patas de los mininos, concretamente las generan en las almohadillas.
Al aplicar esta copia sobre el rascador, invita al gato al marcaje visual, a rascar en esa superficie.
Para aplicar Feliscratch lo recomendado es:
Se recomienda que el rascador esté cerca de las zonas donde el gato arañaba, respetando siempre las zonas que el gato usa en casa y su finalidad.
Como se ve en el gráfico, la cantidad de pipetas es:
En 4 semanas habremos aplicado las 9 pipetas que contiene el sobre.
Cada gato es único, y por lo tanto, cada minino tiene una reacción diferente ante el producto. Hasta ahora es el único probado científicamente, y los datos lo avalan: 8 de cada 10 gatos que ya estaban arañando previamente dejaron de hacerlo y empezaron a usar el rascador correctamente, y 9 de 10 que son gatitos o gatos recién adoptados.
Los primeros resultados se suelen empezar a ver tras la primera semana, y los efectos son aún mejores si se usan otros productos compatibles de Feliway®.
También influye mucho si, además de aplicar Feliscratch, se ofrece un buen rascador con las características necesarias, en un lugar adecuado y acompañando su uso con un refuerzo positivo.
He tenido la oportunidad de probar este producto con Kato y Conxa, y os contaré un poco cómo lo hice yo y qué me encontré.
Nuestros gatos no han tenido muchos problemas con el tema de rascar muebles, ya que desde siempre han tenido a su disposición rascadores altos, estables y en lugares adecuados.
Pero hace poco hemos pasado de ser 3 personas en casa a ser 8. Es algo temporal, pero especialmente complicado para Conxa (que, como ya os había explicado, es una gata tímida y asustadiza, sobre todo de la gente que no conoce).
Para ayudarla a seguir con sus rutinas, he aplicado el líquido de las pipetas siguiendo el calendario.
El rascador que más usan es uno súper grandote, de más de 2m de alto, y muy ancho, con lo que ponerlo en horizontal y moverlo me iba a costar un poco. Así que lo hice a lo bruto, por lo que manché un poco el rascador y el suelo (lo sé, soy un poquito desastre).
A Kato le dió por chupar el líquido (las gotitas que habían caído al suelo) y luego se empezó a acercar al poste donde apliqué el producto. Si bien no pasa nada porque lo laman, la idea de esperar a que se seque es justo evitar eso. Pero como Kato y yo somos tan impacientes, sucedió así.
Al rato de haberlo puesto, tanto él como Conxa empezaron a restregarse contra el poste donde estaba, olisqueando todo el rato. Y efectivamente empezaron a rascar ahí. Por ahora siguen usando el rascador y no han rasguñado otra cosa (ni las maletas de los nuevos huéspedes ni nada así, que es lo que nos daba un poco de miedo).
Y tú, ¿lo has probado con tu gato? ¿qué tal os ha ido?
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Yo lo he probado y a sido increible, con la segunda pipeta mis gatos ya iban al rascador.. Antes su rascador era la esquina del sofá y desde entonces ya no lo han vuelto a rascar. Estoy feliz.