Infórmate sobre otras patologías frecuentes en los dientes, encía y boca del gato: traumatismos o fracturas, pulpitis, caída de dientes y carcinoma oral.
Después de la primera entrega sobre enfermedades bucales (sarro, resorción dental, gingivitis, periodontitis y estomatitis) seguimos con otras que también se dan de manera habitual.
Recordar que siempre hay que acudir al veterinario de confianza, ya que esto son solo pistas que nos ayudan a estar alerta de algunos comportamientos o situaciones que veamos en los gatos, pero siempre es necesario el diagnóstico de un profesional.
Otro aspecto a tener en cuenta es prevenir enfermedades con un buen hábito de cuidado e higiene de los dientes de los gatos.
Las lesiones que involucran daños en el esmalte dental, la dentina y el cemento se conocen como fracturas de los dientes. Estas lesiones ocurren en la parte superior de la pieza dental cubierta con esmalte (corona) o debajo de la línea de la encía (raíz).
Los dientes que más frecuentemente se ven dañados por una lesión traumática o fractura son los caninos superiores, incluso rompiéndose solamente la puntita del diente (por ejemplo cuando el gato salta e impacta por error contra su boca).
Los síntomas más habituales que acompañan a la fractura dental son la inflamación e infección de la zona. También puede ocurrir que se desprenda la corona o que haya sangre alrededor del área afectada. La incomodidad del gato y el dolor que le causa son otras evidencias de que algo va mal.
Para determinar cuál es la razón del traumatismo o de la fractura, el veterinario puede realizar diversas pruebas, como por ejemplo radiografías. Además, será interesante que haga un chequeo completo de la salud dental del gato para descartar enfermedades o afecciones peores.
Un traumatismo o fractura no es una patología como tal, por lo que un buen diagnóstico a tiempo puede ser muy efectivo.
Cabe destacar que, después de un golpe, es posible que el diente se haya dañado pero no se rompa. En ese caso a menudo el diente cambia de color y muestra que es un diente muerto o que está en proceso de morir. Esto es conocido como pulpitis y también debe ser tratado.
La pulpa es la parte interna del diente que consta de vasos sanguíneos, terminaciones nerviosas y tejidos conectivos. Esta enfermedad se produce cuando se inflama la pulpa y las causas de que el gato la padezca pueden ser muchas, desde el avance de otras enfermedades dentales, hasta una caries, un golpe o una fractura dental complicada.
El síntoma más evidente es el descoloramiento o cambio de color del diente (rosa, púrpura, gris), como nos ocurre a las personas con los moratones en la piel. Finalmente el diente acaba siendo negro cuando se produce la muerte del tejido.
Además de la incomodidad que causa al gato, los dientes muertos o moribundos son una fuente potencial de infección, así que es muy importante acudir al veterinario si sospechamos que el gato puede estar sufriendo pulpitis.
Gran parte de los gatos adultos sufre de una caída o pérdida de la corona de alguno de sus dientes. Esta pérdida de la corona dental consiste en la separación de la corona respecto a la raíz.
En muchas ocasiones esta situación se da a raíz de otra enfermedad dental (como las que describimos en el artículo anterior), aunque también puede ser fruto de algún traumatismo o golpe.
Este carcinoma es un tipo de cáncer que aparece de las células que recubren la boca y/o la garganta, y acostumbra a afectar a piel, encías, membranas mucosas y lengua.
Es uno de los tumores cancerosos más frecuente en gatos, especialmente aquellos mayores de 9 años, y las pequeñas úlceras y bultitos que se forman suelen ser difíciles de detectar a simple vista. Los síntomas que presenta el gato que lo sufre son falta de apetito, dolor, halitosis, hipersalivación y babeo, etc.
Para determinar si el gato lo sufre, es muy posible que el veterinario tenga que recurrir a un examen detallado de la cavidad oral mediante sedación profunda o anestesia.
El tratamiento para eliminar este carcinoma se basa, por un lado, en parar los dolores, y por otro, en eliminar el tumor. Es complicado que esto se haga solamente con radioterapia, por lo que en muchas casos se opta por la cirugía. Ahora bien, cuando el tumor está muy extendido y afecta a gran parte de la cavidad oral, el gato se ve incapacitado para comer durante semanas o meses después de la cirugía, por lo que se opta por sondarlos.
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