¿Sabías que ha razas de gato que ya no existen? Descubre más sobre el gato azteca, el Rex de Oregón, el gato esquimal y el Sumxu. Colaboración con Supercurioso.com
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¡Vamos a descubrir 4 razas de gato extintas! Algunos de estos animales son tan extraños que no se sabe si fueron reales o producto de las leyendas. ¿Conoces estas razas de gatos que ya no existen? Se trata del gato azteca, el Rex de Oregón, el gato esquimal y el Sumxu.
Esta supuesta raza de gato extinta originaria de México aparece documentada por primera vez en 1902. La persona que dejó constancia de la existencia de estos felinos fue E. J. Shinick, que compartía su vida con dos gatos aztecas. Más tarde, a lo largo de las primeras décadas del siglo XX, esta clase de gato aparece mencionada en más ocasiones.
En cuanto a su tamaño, los registros apuntan que eran un 25% más pequeños que los gatos de pelo corto.
El señor Shinick (el humano de esta pareja de gatos presuntamente única ya que, cuando un Jesuita se los entregó procedentes de Nuevo México, le dijo que eran los últimos de una ancestral raza de gatos aztecas) escribió sobre su aspecto y su carácter. Sus descripciones dicen que:
Desgraciadamente, el macho de la pareja -que eran hermanos, y por eso su dueño no quiso que criaran- falleció.
La Institución Smithsoniano se interesó en los ejemplares, pero cuando la hija del señor Shinick se trasladó a Washington para exhibirlos, la hembra superviviente falleció. Esta casualidad hizo pensar que no se trataba de los últimos de su tipo, sino de otra clase más común bañada en el romanticismo de una leyenda. Quién sabe si será cierto o no, sólo queda esperar a que algún día se hallen restos de algún ejemplar de esta raza que demuestre que existieron. En caso de que no aparezca, podemos estar seguros de que aunque no fueron los últimos de una clase de gatos milenaria, ¡por las descripciones fueron unas criaturas extraordinarias!
Esta raza de gato desapareció en los años 70 y fue documentada por primera vez a mediados del siglo XX. Al parecer el Rex de Oregón fue fruto de una mutación genética casual.
En 1955 se registró el nacimiento de un gatito distinto al resto de su camada, que tenía el pelaje rizado. Esta clase de gato fue cruzado con los primeros Cornish Rex llegados a EE. UU. desde el Reino Unido y nació la primera generación de Rex de Oregón.
El cuerpo era pequeño pero alargado y culminaba en una cola larga y puntiaguda. Sus patitas, al igual que el resto de su anatomía, eran largas y gráciles con unas zarpas de forma redonda.
Si bien era genéticamente distinto al resto de razas de gato Rex, el Rex de Oregón fue mezclándose con otras clases hasta desaparecer para siempre.
La historia del gato esquimal se remonta al siglo XIX. La idea es que estos gatos se desarrollaron en Pittsburgh (EE. UU.) a partir de la necesidad de erradicar las plagas de ratas en las plantas refrigeradoras. La leyenda dice que tantas generaciones se criaron en el entorno de una “gran nevera” que los gatos desarrollaron un pelaje muy denso, unas colas gruesas; y que sus orejas se habían vuelto parecidas a las de los linces. Además, se sentían más a gusto en la oscuridad y en el frío, que a pleno día y en un clima más cálido.
Incluso se escribió un artículo sobre esta nueva raza de gato en el New York Times, en 1894, y pronto la historia corrió como la pólvora, publicándose también en otros periódicos. Incluso un naturalista respetable como Richard Lydekke dio por válido el testimonio que recibió y desarrolló toda una teoría sobre la capacidad de los gatos para adaptarse genéticamente a las condiciones del ambiente que habitaban.
Finalmente, en los años 40, una experta en gatos llamada Ida M. Mellen demostró que toda esta teoría de la raza de “gatos esquimales” no tenía una base clara, pues el testimonio original no era fiable. Brian Vesey-Fitzgerald, célebre naturalista, estuvo de acuerdo con Mellen en que la historia de los gatos esquimales aunque interesante, no era cierta y así lo hizo saber en su libro “Cats” (1958).
En esta ocasión nos trasladamos a China para conocer otra raza de gato extinta, que algunos consideran un mito. Se trata del Sumxu y el último registro de su existencia data de 1938.
La primera vez que se menciona a esta raza de gato es en el libro “Flora Sinensis” (1656), escrito por Michael Boym. Según este misionero jesuita nacido en Polonia, el Sumxu era un gato blanco con las orejas muy cortas. La descripción que hizo se considera que se ajusta más al aspecto de una marta de garganta amarilla que a una raza de gato.
Otras menciones al Sumxu se hicieron a lo largo de la historia y en distintos registros, pero quizás la más llamativa es la realizada por Georges Louis Leclerc en el 4º volumen de su Histoire Naturelle (sobre 1767). En ella, resumiendo un poco, dice lo siguiente:
No obstante, destacaba que le parecía que podría ser de otra especie, no un gato.
Más adelante otros autores destacaron que no había prueba suficiente de la existencia del Sumxu. Así, algunos creen que esta raza de gato era sólo eso, un tipo de marta, pero otros consideran que pudo haber sido una mutación extraordinaria, parecida al Scottish Fold.
Sea como sea, quizás nunca lleguemos a saber si el Sumxu existió o fue fruto de múltiples confusiones con otros animales con un aspecto similar al de los gatos.
¿Qué te han parecido estas razas de gato extintas? ¿Esperabas que tuvieran orígenes tan complicados? ¿Crees que algunas de ellas pudieron existir realmente?
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Muy interesante, personalmente, me hubiera gustado tener un gatito azteca, lastima que no se pueda... Si es que es cierta la historia.