La inteligencia animal, a diferencia de la humana, se mide por su capacidad de supervivencia y adaptación al entorno. ¿Son los gatos inteligentes?
La dificultad principal que nos podemos encontrar para determinar si los gatos son o no inteligentes es la de definir el propio término: inteligencia.
Para las personas, la inteligencia está vinculada a lo intelectual; para el reino animal, la inteligencia está más relacionada con sobrevivir y adaptarse.
¿Qué es la inteligencia?
La psicología contemporánea define que la inteligencia humana puede darse de ocho maneras distintas:
- Lingüística: utilizar palabras de manera efectiva o al escribirlas
- Lógico-matemática: utilizar los números de manera efectiva y razonar adecuadamente usando la lógica
- Musical: poder expresarse mediante formas musicales
- Visual-espacial: capacidad frente a color, línea, forma, figura, espacio y la relación que hay entre ellos
- Corporal cinética: realizar acciones motrices
- Naturalista: percibir las relaciones que existen entre varias especies y reconocer si existen distinciones y semejanzas entre ellos
- Interpersonal: sentir distinciones entre los demás (contrastes en sus estados de ánimo, temperamento, motivaciones e intenciones)
- Intrapersonal: auto comprensión y acceso a la propia vida emocional, a la propia gama de sentimientos
Si nos fijamos bien, el gato cumple excelentemente las últimas cinco formas de inteligencia. Con ejemplos queda más claro:
- Inteligencia visual-espacial del gato: los gatos tienen una capacidad excelente de exploración de territorios grandes
- Inteligencia corporal cinética del gato: los gatos conocen la mecánica de su cuerpo y la utilizan perfectamente
- Inteligencia naturalista del gato: los gatos escogen el lugar en el que vivir en función de lo seguro que sea y la productividad
- Inteligencia interpersonal del gato: ¿los has visto cazar? Predicen la conducta de su presa
- Inteligencia intrapersonal del gato: tienen mejor comprensión de la higiene personal que muchas personas
En estos 5 aspectos, los gatos son más inteligentes que muchos humanos y otras especies animales.
Y con el desarrollo de estas inteligencias, los gatos tienen suficiente para sobrevivir, que es lo que les realmente interesa.
¿Se puede adiestrar a un gato?
Sí, lo hacen algunos profesionales y lo puedes hacer tú. Existen miles de casos de gatos que abren puertas. Los nuestros tienen tal obsesión por meterse en un hueco que hay bajo la cocina que se las ingenian para apartar el hierro que lo tapa.
Hay gatos que dan la patita, otros gatos van a buscar su juguete y lo traen de vuelta al dueño, incluso hay gatos que juegan a desenmascarar al trilero con la misma suerte que podría tener yo.
Lo que ocurre es que el gato suele ser un animal independiente que no tiene una concepción de jerarquía marcada (tú eres mi dueño, yo te obedezco).
Son animales curiosos que les gusta explorar y disfrutar, y si el juego que les propones les aburre no participarán.
Y si le das un premio al gato pero la prueba es difícil, no se la juega, porque sabe que “no te necesita” para conseguir comida y podría sobrevivir por sí mismo si se diera la necesidad.
¿Los gatos son más inteligentes que los perros?
Esta pregunta es del estilo: ¿a quién quieres más, a mamá o a papá? Pero parece que siempre que se habla de la inteligencia del gato, aparece la comparación con el perro.
Este tema tiene mucha miga y lo trataremos más adelante, pero en general diríamos que no se puede comparar. Genéticamente son animales distintos y el perro, a diferencia del gato, sí tiene una estructura jerárquica que le fuerza a querer complacer siempre a su dueño.
No todos los gatos son igual de inteligentes, pero tienen factores en común que permiten afirmar que existe una inteligencia gatuna.
10 comentarios
La verdad esque la capacidad de mi bello gato aveces me aterra, pero a la vez me alegra porque aumenta la confianza y serenidad en mi.
No hay que tener miedo, hay que disfrutarla ;)
Jjjjjjjjjj! Me ha gustado mucho leer el artículo y los comentarios! Qué majos, el Musi y la Motte! Es impresionante también cómo el comportamiento de los animales define a sus dueños.
Yo añadiría que los gatos tienen una gran inteligencia emocional. Pueden comprender cómo te sientes. Si juegas con ellos, saben si disfrutas o cuándo se están pasando con los mordiscos o las uñas, y actúan en consecuencia (aflojando o abusando a sabiendas). También tienen un muy buen conocimiento de sí mismos. Mi minino y yo jugamos fuerte, pero también hay ratos de caricias y masajes. Él sabe distinguir perfectamente, pero a veces, ve pelo colgando, o simplemente mi mano, y le entran ganas de atacar. Pero entonces, noto que se contiene, que trata de relajarse para no estropear el momento. Es impresionante cómo comprende mi tono de voz (si le riño por algo, si no quiero que se suba a la mesa, si le llamo para hacerle cariños o jugar…)
He visto gatos muy compungidos ante la muerte de otro (son conscientes de la muerte), los he visto acercarse con cuidado cuando estaba triste o enferma…) Y hay que ver la paciencia que tiene mi minino gordo con mi minino pequeñín, cómo lo consiente, y a veces hasta juega, porque comprende que es un niño.
Referente a la inteligencia corporal cinética: El cuerpo del gato es tan perfecto, que el Manul, uno de los primeros gatos modernos sigue igual desde el Mioceno (hace 12 mio de años). Mientras los restos del primer Homo sapiens datan de hace 195.000 años y del hombre moderno de hace sólo 50.000.
Y añadiría la inteligencia lingüística (desde nuestro punto de vista antropocéntrico muchas veces infravalorada):
La comunicación entre humanos se dificulta por diferentes idiomas y porque en demasiadas ocasiones no somos capaces de transmitir ni captar el sentido exacto (y no hace falta ir tan lejos cómo al juego de cadena de palabras).
Sin embargo, cualquier gato del planeta puede entender perfectamente el lenguaje corporal y mensajes de feromonas de otro.
E incluso han desarrollado un sistema de comunicación mediante maullidos sólo para los humanos (que son muchas veces demasiado torpes para entender ni siquiera las señales básicas de su lenguaje corporal).
Viva la inteligencia felina!
Si hay algo que admiro es la inteligencia y en contra parte me desespera la tontera y tengo gatos y perros , pero mi gato Grafo Romo es muy inteligente yo no me canso de admirar su astucia e inteligencia , a veces creí que es un un encarnado , de hecho lo encuentro más astuto que hartas personas . Nos mimetizamos y los dos odiamos la tontera y jugamos a quien es mas pillo
estoy si es verdad, todos dicen que por una investigación el perro es mas inteligente, pero tal como lo dice acá y digo yo, son animales muy distintos y no se pueden comparar ;)
mi madre a mi gato, lo dejo a 20 cuadras de mi casa.. sin que yo supiera despues de dos semanas el gato vuelve a mi casa!! eso si es inteligenciaa.. total
Es muy bonito este blog…la verdad me gustó y me interesó mucho!!!
Tengo una gatita es de 4 colores (amarillo, blanco, negro y gris) es muy inteligente y rápida de aprender y eso sí es muy traviesa!!! :)
Jajajaja… me encantó eso de el Musi de Luisa.
Mi negrito también aprende muy rápido. Es muy inteligente (y mañoso)
Saludos!
He leído por algún sitio que el gato tiene más memoria que el perro y por eso aprende (si le interesa, claro) más rápido. Yo tuve una experiencia con 2 de mis gatos. El Musi, rescatado de una muerte segura, abandonado por su madre a las 2 o 3 semanas, empezó a subirse al lavabo cada vez que iba a lavarme los dientes. Empezó a mojarse la pata para limpiarse a sí mismo, después bebiendo agua (siempre con la pata) del grifo abierto y al final bebiendo agua directamente del grifo. Un día, me sigue el Musí pero decidí no abrir el grifo a ver lo que haría. Pasado unos minutos mirándome cuando se dio cuenta que no iba a abrir el grifo se puso la cabeza bajo el grifo intentando empujarlo hacia arriba. Pues, me daba tanta lástima verlo hacer el esfuerzo sin éxito que le enseñe donde poner la cabeza (entre el grifo y el monomando). Ese fue mi error! Ya el Musi podía abrir todos los grifos de la casa solito. Mientras tanto, otra gatita mía, La Motte, aprendió por sí sola como se abren las puertas correderas y los cajones. Y los dos empezaron a trabajar junto: La Motte abriendo la ventana del cuarto de baño o de la cocina desde el jardín, y el Musi abriendo el grifo una vez dentro. Intentamos poner elástico entre el grifo y el mando, pero lo quitaba, al final tuvimos que poner un palo debajo de la ventana para que no se abriera, pero muchas veces, se nos olvidaba… así que teníamos que llamar al vecino para que entre en la casa a cerrar los grifos y poner los palos. El Musi ya ha muerto (nadie sabe de que – incluso con necropsia no salió nada) y la Motte sigue con nosotros y claro sigue abriendo las ventanas, las puertas corredoras, los cajones, y ahora las puertas abatible de los muebles. No entiendo como nunca aprendió a abrir el grifo ya que siempre iba con el Musi, pero desde luego que nosotros no vamos a enseñarselo ni a ella ni a otros.
POLÍTICA DE PRIVACIDAD Y DATOS PERSONALES
Cosas de Gatos te informa que los datos de carácter personal que proporciones rellenando este formulario serán tratados con total confidencialidad y reserva, conforme a la legislación vigente en materia de protección de datos. Finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales: sólo se usarán para el destino que los facilitaste (gestión administrativa, contable, fiscal y de comunicación; así como para enviarte comunicaciones sobre productos y/o servicios que puedan ser de tu interés). Legitimación: Tu consentimiento. Destinatarios: plataforma MailChimp, gestor web Wordpress y proveedor de hosting Globat (pueden consultar sus políticas de privacidad en sus webs). Los datos nunca serán facilitados a terceros, a no ser que una resolución Judicial lo acuerde. Derechos: Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en contacto @cosasdegatos.es así como el derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control. Puedes consultar la información adicional y detallada sobre Protección de Datos en la página Política de privacidad.