La gata Tama es jefa de estación y directora de operaciones de la estación de Kishi en Japón, además de un fuerte reclamo turístico para la ciudad japonesa Kinokawa.
¿Cómo una gata callejera pasa a ser jefa de estación?
Tama es una gata calicó que recogieron los empleados de la estación de tren de Kishi (Kinokawa, Japón), junto a otros gatos.
En 2006, la estación de Kishi presentaba una situación económica difícil que empezó a cambiar un año después, cuando los funcionarios del tren decidieron nombrar oficialmente a la gata Tama como jefa de estación.
El trabajo de Tama consiste básicamente en saludar a los pasajeros con su gorrita a cambio de recibir su sueldo en comida para gatos.
La curiosidad por ver a la gatita en su peculiar puesto de trabajo hizo que en un mes aumentaran los pasajeros en un 17%. En menos de un año, la facturación de la estación incrementó en un 10%, y lejos de los recortes vividos poco tiempo antes, Kishi amplió plantilla y recursos.
El éxito de Tama hizo que le construyeran una pequeña oficina con bandeja de arena incluida. Y en 2010 pasó a ser directora de operaciones.
1000 millones de yenes de beneficios para la ciudad
Gracias a las visitas que la gata Tama trajo a la ciudad de Kinokawa, la ciudad incrementó sus beneficios más de 1000 millones de yenes anuales, unos 10 millones de euros.
Y para aprovechar el tirón que la gata da a la ciudad, han puesto en funcionamiento un tren decorado con su imagen con toda clase de detalles, el Densha Tama.
¿Está bien que se explote la imagen de Tama?
Nosotros tenemos cierto dilema con este tipo de historias. La de Tama es extraña y poco usual, por no decir única. Pero existen otros espacios en los que los gatos son exhibidos, como son el caso de concursos de belleza.
En Cosas de Gatos pensamos que todo lo que haga que los gatos sean felices debería considerarse como correcto. Y es verdad que tanto Tama como muchos otros gatos que son expuestos son cuidados como verdaderos reyes.
Aún así, no nos deja de producir cierta lástima pensar que el animal no debe entender qué está pasando. Y tampoco sabemos de primera mano si el gato es feliz en esa situación.
No hay que olvidar que Tama fue recogida de la calle y eso es un acto precioso, pero un animal ¿debe ser fruto de exhibición y reclamo publicitario?
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